martes, 14 de julio de 2009

Autores peruanos: Hiperespacios (Giancarlo Stagnaro)

Son pocos los cultores del género de ciencia ficción en nuestro país. Ante este hecho, uno diría que cualquier publicación dentro del género tendría algún eco en los medios. La verdad, lamentablemente, es que no es así, y cabe preguntarse cuantas cosas pueden haberse publicado y de las cuales no tenemos noticia. Estoy seguro que ninguno o muy pocos lectores mas o menos interesados en el género conocen de la existencia de obras como las que vamos a reseñar.

Recientemente (mas de diez años desde su publicación) he tenido la oportunidad de leer una demostración bastante interesante de lo que puede producirse al escribir un relato de ciencia ficción inspirado en los relatos de Isaac Asimov, escritor que es abiertamente homenajeado por Giancarlo Stagnaro (Lima, 1975).
"Hiperespacios" es una space opera que debe su nombre a los continuos saltos en el hiperespacio que debe efectuar la nave Corona para llegar a sus destinos. La tripulación de la Corona se halla sujeta a las órdenes de la Federación Latinoamericana, que con un toque localista reemplaza a las manidas e impersonales "federaciones galácticas" de otras novelas. Parece ser que ningún país tal como los conocemos hoy en día va a sobrevivir al futuro. Pero que esto no nos lleve a error: los tripulantes de la Corona no son militares, sino Comerciantes Estelares, "quienes negociaban con los mundos colonizados establecidos hacia mediados del siglo XXII". Hábilmente, Stagnaro nos resume así la historia de un futuro que podría ser: "... la decrépita estructura que dominaba la Galaxia se derrumbó a consecuencia de la cruenta guerra entre el Imperio y la Sociedad Télomus, conocidos históricamente como los Rebeldes, y donde los Argonautas de la Tierra habían desempeñado un papel fundamental."

Uno de los protagonistas de las aventuras de la nave Corona es Juan Pérez, quien generalmente es la piedra de toque para el desarrollo de la acción, causándonos sorpresa tanto sus apariciones como sus actos.

Creo que lo más destacable es el primer episodio. Me he angustiado bastante viendo cómo los pobres protagonistas son puestos al tanto de su misión, la cual consiste en ir al sistema querteriano a fin de evitar la rebelión de los colonos del planeta Querteria, insurgencia instigada (mejor dicho, controlada) por un alienígena llamado Darchassya, que puede dominar las mentes de los seres humanos. Se elige al grupo de tripulantes del Corono debido a que una nave comercial no despertaría las mismas sospechas que una nave militar. Al mismo tiempo que Juan Pérez, aparecen los demás protagonistas, como Alberto Sandoval, capitán de la nave. Entre todos hacen una tripulación de siete miembros. Llegando al planeta Querteria, el cual se encuentra en ruinas debido a la insurrección, son emboscados por seres humanos controlados mentalmente por Darchassya, un alienígena drizolliano quien tiene planes muy particulares respecto a la expansión humana en el universo. Lo que sigue es ya indescriptible, pues le quitaría al lector la curiosidad respecto a las posteriores aventuras de la tripulación del Corona.

Al margen de la trama, debo destacar dos cosas. Una de ellas, la edad del autor al momento de escribir "Hiperespacios", catorce años. Me resiente el que no se haya escrito otras obras por el estilo, y la actitud complaciente y perdonavidas que se suele adoptar ante los adolescentes. Esta novela demuestra que se puede tener catorce años y ser un escritor.

Otra cosa a destacar es el hecho de que se trata de una edición auspiciada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología CONCYTEC, lo cual demuestra que, al menos en 1990, el dinero de los contribuyentes no servía tan solo para pagar los sueldos de los burócratas.

Para situar la publicación de "Hiperespacios" en un contexto histórico mas adecuado, me gustaría reproducir la Presentación que le hace al libro el diplomático y científico Eduardo Carlos Carrillo Hernandéz. Después de leerla, ustedes también comprenderán que cualquier otra cosa que diga estará de más.

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Considero indispensable empezar por explicar la especial deferencia hacia mi persona, la cual agradezco de todo corazón, al solicitárseme presentar el libro "Hiperespacios", que ofrece el joven escritor, de tan sólo 14 años, Giancarlo Stagnaro Ruíz, a los lectores amantes del género narrativo de naturaleza fantástica, sobre bases científicas o para científicas. Dicha deferencia obedece a solo ese noble sentimiento que honra a los seres humanos, y que denominamos "amistad". En el presente caso, amistad familiar de varias generaciones.
"Hiperespacios" es la primera obra que publica Stagnaro y desde ya le auguramos un gran éxito. Tal vez tenga aquí cabida el dicho contenido en las narraciones épicas sánscritas del Mahabharata: "El tiempo es el polen del universo". Demos tiempo al tiempo: esperemos.

La obra hace gala de una minuciosa y diáfana descripción de los hechos que acontecen, y el escenario donde discurren, no es el deslumbrante lejano oriente, ni las exóticas selvas amazónicas; es dentro de un marco único: el espacio. El interés por la trama de la novela, será sin duda alguna, mantenido por el lector, desde el principio al fin de su lectura. Sus originales y bien estructurados planteamientos, así como el aporte de ideas sugestivas, forman el contenido de esta amena obra, la que al final incluye un selecto poemario del autor, en el cual sobresale por méritos propios el poema "Amores perdidos".

Una novela que sin duda despertará simpatías en las mentes de los lectores ávidos por la exploración en el todavía misterioso campo del espacio infinito.
Una obra que sin duda despertará admiración dentro de los jóvenes lectores, ávidos de imitar a este benjamín autor.

Una obra sin duda justamente seleccionada para su publicación por el Consejo de Ciencia y Tecnología (CONCYTEC), por su calidad literaria.

Para mí, doblemente satisfactorio, por ser el autor quien es, a quien conocí muy niño cuando aprendía el abecedario; y por que me solicitan la presentación de este libro. Que si bien es cierto lo hago a título personal, en momentos en que acabo de ser nombrado Director de Asuntos Aéreos y del Espacio de nuestra Cancillería.
Estoy convencido que si el divulgador científico de renombre, escritor prolífico y polifacético, Isaac Asimov, maestro de maestros en la Ciencia Ficción actual, pudiera revisar el presente libro, tendría la satisfacción de comprobar, que hoy, en el campo de la Ciencia Ficción, ha surgido un nuevo y joven valor literario.

Esperamos que así sea.



Dr. Eduardo Carlos Carrillo Hernandéz
Ministro en el Servicio Diplomático
Director de Asuntos Aéreos y del Espacio
1990

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