En marzo de 1999 falleció Stanley Kubrick, a quien debemos, entre otras, películas como "2001, Odisea Espacial", basada en un relato corto de Arthur C, Clarke; y "La naranja mecánica", basada a su vez en la novela homónima del escritor británico Anthony Burgess (1917-1993). En el caso de "La Naranja Mecánica", conocemos más acerca de la película que de la novela. En esta oportunidad, quisiera dedicar algunas líneas a la misma.
En síntesis, la trama es la siguiente: en las noches de un futuro cercano, el protagonista, Alex, y sus tres "drugos" (amigos) se dedican a realizar actos violentos por puro placer. Asistimos a una sucesión de robos, violaciones, y sobre todo, golpizas propinadas a ancianos indefensos, bajo la influencia de estimulantes que se ingieren en la leche (!). Una noche, ingresan a la casa de un intelectual que está escribiendo un libro llamado La Naranja Mecánica. Golpean al pobre escritor, y después violan a su esposa. Algunas noches después, Alex es capturado luego de asaltar una casa, y es enviado a prisión por haber matado a la dueña de la misma (es su primer asesinato). A estas alturas de la novela, nos enteramos de dos cosas: que Alex gusta de la música clásica -le encanta Beethoven-, y que solo tiene 15 años. Es sometido a una terapia especial de aversión -el método Ludovico-, la cual consiste en hacerle observar películas con escenas de violencia en todas sus formas (violaciones, torturas, mutilaciones... que por cierto Alex conoce muy bien), bajo los efectos de una droga que lo hace sentirse enfermo. En la parte final del tratamiento, se le hace oir música clásica, en especial, a Beethoven. Como resultado, cada vez que Alex desea cometer un acto "violento" (incluso en defensa propia), o escucha música, se siente enfermo, lleno de náuseas, completamente inutilizado. Su organismo asocia la violencia con malestar. Uno de los científicos responsables del tratamiento lo describe en estos términos: "Nuestro sujeto se siente impulsado hacia el bien porque paradójicamente se siente impulsado hacia el mal. La intención de recurrir a la violencia aparece acompañada por hondos sentimientos de incomodidad física. Para aliviarlos, el sujeto tiene que pasar a una actitud diametralmente opuesta". Incapaz de agredir siquiera a una mosca (como lo grafica el mismo en una de las páginas más hilarantes de la novela), es puesto en libertad, para encontrar un mundo donde sufre agresión tras agresión, siendo incapaz de defenderse.
Se ha convertido en una "naranja mecánica", un hombre programado. Su caso es utilizado por activistas opositores al sistema (entre los que se encuentra el escritor a cuya mujer Alex violó, y que posteriormente murió). Con la finalidad de conseguir la abolición del condicionamiento forzoso aplicado a los delincuentes, los activistas inducen a Alex al suicidio haciéndolo oir la música que antes le causaba tanto placer, demostrando así los efectos negativos del tratamiento. Tras una caida desde la ventana de un edificio, y debido al escándalo (ahora Alex es una víctima del sistema), el gobierno decide devolver al reformado joven a la "normalidad". Así, tras un nuevo tratamiento, Alex vuelve a ser el joven "malchico" violento, lascivo y amante de la música clásica que conocemos. La película y el capítulo vigésimo del libro terminan de la misma forma, con Alex diciendo "Si. Yo ya estaba curado".
Fue una sorpresa descubrir, al leer una edición relativamente reciente de la novela, que esta había sido publicada incompleta en los EE.UU., y es en base a esa edición "cortada" que Stanley Kubrick hizo su versión cinematográfica. La novela original de Burgess tiene 21 capítulos, la versión que se publicó en los EE.UU. solo tenía 20.
El "nuevo" capítulo trata sobre el nuevo rumbo que toma la vida de Alex después de su re-conversión. Este tiene ya 18 años, y sigue haciendo de las suyas con una nueva banda de "drugos". Pero la violencia que ejerce empieza a aburrirle, a parecerle algo sin sentido y completamente inútil. El reencuentro con uno de sus viejos "drugos", casado ahora, provoca en Alex el deseo de una vida tranquila y responsable, es decir, conseguir un trabajo, tener hijos, "y una ptitsa (mujer) acogedora". Para quienes hemos visto el film, esto parece inverosímil, puesto que Alex aparece como una encarnación de la maldad. Esa es la razón de la "censura" hecha por los editores norteamericanos: estos consideraron que el capitulo final mostraba una blandura y debilidad que haría a la obra menos realista en su retrato del mal. Esta perspectiva era contraria a las ideas de Burgess. Como católico, creía en la doctrina del libre albedrío, la capacidad de elegir entre el bien y el mal. La novela gira en torno a esta disyuntiva, optando por la libertad antes que el condicionamiento, aunque este traiga consecuencias aparentemente benéficas.
Respecto al origen del título "La Naranja Mecánica", el autor afirma lo siguiente: "Las naranjas mecánicas no existen, excepto en el habla de los viejos londinenses. La imagen era extraña, siempre aplicada a cosas extrañas. "Ser más raro que una naranja mecánica" quiere decir que se es extraño hasta el límite de lo extraño. Los europeos que tradujeron el título como Arancia a Orologeria u Orange Mécanique no alcanzaban a comprender su resonancia cockney (perteneciente a las clases populares inglesas) y alguno pensó que se refería a una granada de mano, una piña explosiva más barata. Yo la uso para referirme a la aplicación de una moralidad mecánica a un organismo vivo que rebosa de jugo y dulzura."
"La Naranja Mecánica" puede tomarse como una novela de ciencia ficción sobre delincuentes juveniles. Considerada con más profundidad, es una novela acerca del condicionamiento humano y del libre albedrío: la "naranja mecánica" del título es la metáfora de una entidad imposible, como puede serlo un hombre programado.
Mención aparte merece el lenguaje especial creado por Burgess, el nadsat, empleado por los adolescentes, que puede definirse como un inglés mezclado con ruso. Así, la expresión "en las rucas de Bogo" significa literalmente "en las manos de Dios". "drugo" significa "amigo". La canción "Ultraviolento", del grupo de rock argentino "Los Violadores", está inspirada en La Naranja Mecánica, utilizando varios términos en nadsat y el estribillo "¿Y ahora que pasa, eh?", con el cual comienzan varios capítulos del libro.
En síntesis, la trama es la siguiente: en las noches de un futuro cercano, el protagonista, Alex, y sus tres "drugos" (amigos) se dedican a realizar actos violentos por puro placer. Asistimos a una sucesión de robos, violaciones, y sobre todo, golpizas propinadas a ancianos indefensos, bajo la influencia de estimulantes que se ingieren en la leche (!). Una noche, ingresan a la casa de un intelectual que está escribiendo un libro llamado La Naranja Mecánica. Golpean al pobre escritor, y después violan a su esposa. Algunas noches después, Alex es capturado luego de asaltar una casa, y es enviado a prisión por haber matado a la dueña de la misma (es su primer asesinato). A estas alturas de la novela, nos enteramos de dos cosas: que Alex gusta de la música clásica -le encanta Beethoven-, y que solo tiene 15 años. Es sometido a una terapia especial de aversión -el método Ludovico-, la cual consiste en hacerle observar películas con escenas de violencia en todas sus formas (violaciones, torturas, mutilaciones... que por cierto Alex conoce muy bien), bajo los efectos de una droga que lo hace sentirse enfermo. En la parte final del tratamiento, se le hace oir música clásica, en especial, a Beethoven. Como resultado, cada vez que Alex desea cometer un acto "violento" (incluso en defensa propia), o escucha música, se siente enfermo, lleno de náuseas, completamente inutilizado. Su organismo asocia la violencia con malestar. Uno de los científicos responsables del tratamiento lo describe en estos términos: "Nuestro sujeto se siente impulsado hacia el bien porque paradójicamente se siente impulsado hacia el mal. La intención de recurrir a la violencia aparece acompañada por hondos sentimientos de incomodidad física. Para aliviarlos, el sujeto tiene que pasar a una actitud diametralmente opuesta". Incapaz de agredir siquiera a una mosca (como lo grafica el mismo en una de las páginas más hilarantes de la novela), es puesto en libertad, para encontrar un mundo donde sufre agresión tras agresión, siendo incapaz de defenderse.
Se ha convertido en una "naranja mecánica", un hombre programado. Su caso es utilizado por activistas opositores al sistema (entre los que se encuentra el escritor a cuya mujer Alex violó, y que posteriormente murió). Con la finalidad de conseguir la abolición del condicionamiento forzoso aplicado a los delincuentes, los activistas inducen a Alex al suicidio haciéndolo oir la música que antes le causaba tanto placer, demostrando así los efectos negativos del tratamiento. Tras una caida desde la ventana de un edificio, y debido al escándalo (ahora Alex es una víctima del sistema), el gobierno decide devolver al reformado joven a la "normalidad". Así, tras un nuevo tratamiento, Alex vuelve a ser el joven "malchico" violento, lascivo y amante de la música clásica que conocemos. La película y el capítulo vigésimo del libro terminan de la misma forma, con Alex diciendo "Si. Yo ya estaba curado".
Fue una sorpresa descubrir, al leer una edición relativamente reciente de la novela, que esta había sido publicada incompleta en los EE.UU., y es en base a esa edición "cortada" que Stanley Kubrick hizo su versión cinematográfica. La novela original de Burgess tiene 21 capítulos, la versión que se publicó en los EE.UU. solo tenía 20.
El "nuevo" capítulo trata sobre el nuevo rumbo que toma la vida de Alex después de su re-conversión. Este tiene ya 18 años, y sigue haciendo de las suyas con una nueva banda de "drugos". Pero la violencia que ejerce empieza a aburrirle, a parecerle algo sin sentido y completamente inútil. El reencuentro con uno de sus viejos "drugos", casado ahora, provoca en Alex el deseo de una vida tranquila y responsable, es decir, conseguir un trabajo, tener hijos, "y una ptitsa (mujer) acogedora". Para quienes hemos visto el film, esto parece inverosímil, puesto que Alex aparece como una encarnación de la maldad. Esa es la razón de la "censura" hecha por los editores norteamericanos: estos consideraron que el capitulo final mostraba una blandura y debilidad que haría a la obra menos realista en su retrato del mal. Esta perspectiva era contraria a las ideas de Burgess. Como católico, creía en la doctrina del libre albedrío, la capacidad de elegir entre el bien y el mal. La novela gira en torno a esta disyuntiva, optando por la libertad antes que el condicionamiento, aunque este traiga consecuencias aparentemente benéficas.
Respecto al origen del título "La Naranja Mecánica", el autor afirma lo siguiente: "Las naranjas mecánicas no existen, excepto en el habla de los viejos londinenses. La imagen era extraña, siempre aplicada a cosas extrañas. "Ser más raro que una naranja mecánica" quiere decir que se es extraño hasta el límite de lo extraño. Los europeos que tradujeron el título como Arancia a Orologeria u Orange Mécanique no alcanzaban a comprender su resonancia cockney (perteneciente a las clases populares inglesas) y alguno pensó que se refería a una granada de mano, una piña explosiva más barata. Yo la uso para referirme a la aplicación de una moralidad mecánica a un organismo vivo que rebosa de jugo y dulzura."
"La Naranja Mecánica" puede tomarse como una novela de ciencia ficción sobre delincuentes juveniles. Considerada con más profundidad, es una novela acerca del condicionamiento humano y del libre albedrío: la "naranja mecánica" del título es la metáfora de una entidad imposible, como puede serlo un hombre programado.
Mención aparte merece el lenguaje especial creado por Burgess, el nadsat, empleado por los adolescentes, que puede definirse como un inglés mezclado con ruso. Así, la expresión "en las rucas de Bogo" significa literalmente "en las manos de Dios". "drugo" significa "amigo". La canción "Ultraviolento", del grupo de rock argentino "Los Violadores", está inspirada en La Naranja Mecánica, utilizando varios términos en nadsat y el estribillo "¿Y ahora que pasa, eh?", con el cual comienzan varios capítulos del libro.
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