Marchamos a la deriva, a merced de las corrientes, a merced de los vientos, muertos, pero con vida a la vez, nadie osa impedirnos el paso, somos demasiados para cualquier resistencia, somos millones y millones, una marea de odio y sagacidad perfectamente mezclados, combatimos mejor que cualquier ejercito, e incluso mejor que el Napoleónico, tenemos en nuestra historia miles de Austerlitz y millones de Blitzkriegs que nos dan respaldo; no tenemos líderes, jefes, caudillos ni jerarquías, ¿quién necesita jerarquías? Sólo un loco o un estúpido las necesitaría, las jerarquías sólo sirven para disimular la imbecilidad general.
Esta vez, nos dirigimos rumbo a esa conocida luz, lugar de efluvios, exudaciones y orden, nosotros formadores del caos, tomaremos por asalto esa fortaleza.
A mi lado van sólo un puñado de congéneres... al llegar a la inmensa muralla nuestras fibras caudales perciben aquella atracción y sirven de ancla a nuestra cola, la primera fase ha comenzado, mi cuerpo entra en contacto con la "inexpugnable" fortaleza, nuestra perfecta maquinaria horada, (luego de contraerse mi cuello) la pared de esta inmensa nave.
Nuestra materia creadora ingresa a ese medio que pronto conoceré, veo como diversas materias similares provenientes de mis congéneres, también han entrado, nos dirigimos a una especial fosforescencia, que se halla a unas fracciones de tiempo de distancia.
En el camino nos chocamos con fragmentos inmensos de masa, inmensas naves aún con vida, llegamos al ansiado objetivo, usurpamos partes del cuerpo, nos disfrazamos de fragmentos familiares y empezamos a emitir ordenes, no hay mayor control que el que nosotros efectuamos, no hay mayor domino.
Al final, en pocos transcursos de tiempos, decenas de nosotros hemos sido creados nuevamente, hemos utilizado parasitariamente a este inmenso ser, pero somos muchos, y pronto todo explotará y saldremos nuevamente a invadir otro organismo similar.
¡Hemos ganado una nueva lucha! ¡Somos los Invasores! ¡Somos los Bacteriófagos T4! ¡Hemos vencido!
Esta vez, nos dirigimos rumbo a esa conocida luz, lugar de efluvios, exudaciones y orden, nosotros formadores del caos, tomaremos por asalto esa fortaleza.
A mi lado van sólo un puñado de congéneres... al llegar a la inmensa muralla nuestras fibras caudales perciben aquella atracción y sirven de ancla a nuestra cola, la primera fase ha comenzado, mi cuerpo entra en contacto con la "inexpugnable" fortaleza, nuestra perfecta maquinaria horada, (luego de contraerse mi cuello) la pared de esta inmensa nave.
Nuestra materia creadora ingresa a ese medio que pronto conoceré, veo como diversas materias similares provenientes de mis congéneres, también han entrado, nos dirigimos a una especial fosforescencia, que se halla a unas fracciones de tiempo de distancia.
En el camino nos chocamos con fragmentos inmensos de masa, inmensas naves aún con vida, llegamos al ansiado objetivo, usurpamos partes del cuerpo, nos disfrazamos de fragmentos familiares y empezamos a emitir ordenes, no hay mayor control que el que nosotros efectuamos, no hay mayor domino.
Al final, en pocos transcursos de tiempos, decenas de nosotros hemos sido creados nuevamente, hemos utilizado parasitariamente a este inmenso ser, pero somos muchos, y pronto todo explotará y saldremos nuevamente a invadir otro organismo similar.
¡Hemos ganado una nueva lucha! ¡Somos los Invasores! ¡Somos los Bacteriófagos T4! ¡Hemos vencido!
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