En cuanto a mi biografía hay poco que decir: Nací en Cusco, Perú. Estudie Economía en la Universidad Católica Santa María, pero me dedico a la informática. La afición a la literatura me viene de siempre, me confieso admirador de Vargas Llosa y de Leon Uris. El cuento Demografía lo escribí en Marzo del 2000 y ha estado guardado por mucho tiempo.
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El césped recién cortado, las flores de diversos colores y los arbustos ornamentales daban una sensación de frescura primaveral muy agradable. Era bueno poder trabajar en ese ambiente, nada hacía presagiar que en las próximas horas se tomarían decisiones que cambiarían el curso de la historia. Los otros miembros del Concejo Administrativo en ese momento se encontraban muy cerca del "sitio" de la influyente presidenta del Capítulo Médico, aunque ese detalle no tenía ninguna importancia.
Tuvo que revisar una cantidad impresionante de información, sucesos como el mejoramiento genético de embriones, la clonación, la nueva era de transplantes, la inserción de miembros cibernéticos de carbono, en fin, todos esos maravillosos adelantos médicos que fueron posibles gracias a la eliminación de las prácticas religiosas que con sus arcaicos moralismos frenaron por siglos todo progreso.
Pudo ver cómo la libertad, sobretodo en conducta sexual posibilitó los grandes avances. Los cambios de sexo se volvieran tan comunes que hasta surgieron personas que optaron por tener los dos sexos. En ese estado de cosas evidentemente el matrimonio dejó de tener sentido y la libertad sexual por fin pudo ser completa. La bisexualidad fue ampliamente alentada por las autoridades, porque ayudó considerablemente a bajar las tazas de natalidad. Estaba claro que el problema demográfico siempre estuvo presente en nuestra civilización.
El informe médico más apasionante describía el que tal vez constituyera el mayor logro alcanzado en los últimos tiempos. El descubrimiento del “Psicogen” que pudo eliminar todos los trastornos de personalidad, lográndose reducir casi por completo la delincuencia, además tenía una ventaja adicional: producía placer sexual instantáneo.
La perfección del celaje que marcó el fin del día y dio inicio a la noche, le recordó lo lejos que estaba de la tierra. Todo lo que podía percibir sólo eran imágenes de realidad virtual que el ordenador central mostraba de acuerdo a las instrucciones de algún eficiente sicólogo de masas. Afuera, lejos de la protección que brindaba la moderna estructura del habitáculo, sólo existía la fría y monótona superficie lunar.
Bajo la presidencia de Alejandro se inició la Asamblea Suprema, luego de los actos meramente protocolares, el Presidente del Capítulo de Industria hizo una rápida exposición sobre el delicado equilibrio que manejaba y que estaba a punto de quebrarse, habló del bienestar general, de los niveles de producción adecuados. En resumen, de la dramática variación de la curva de población que indicaba que en el muy corto plazo surgirían graves problemas.
El presidente del Capítulo de Bienestar describió ampliamente el contenido de sus campañas psicosociales. Presentó cuadros estadísticos en los que se podían ver los resultados obtenidos, pasó breves escenas de sus programas más exitosos. Al final llegaba a la misma conclusión que su antecesor. El problema radicaba en la cantidad actual de seres humanos.
Julio el presidente del Capítulo de Defensa coincidía plenamente. El problema se tenía que solucionar cuanto antes, se permitió recordar que el Concejo fue creado para asegurar el bienestar de la especie. Por intermedio del presidente del Concejo Administrativo preguntó a la Doctora Natalia si ya tenía una respuesta.
En ese momento ella sentía todo el peso de su responsabilidad, los resultados de su investigación eran dramáticos. Cuando prácticamente ya se alcanzaba la inmortalidad, la paz social, la eliminación del sufrimiento, surgía este grave problema. ¡La falta de seres humanos!
El último nacimiento que figuraba en los registros tenía una antigüedad de más de seiscientos años y fue un hecho totalmente inusual en esa época. Las campañas de control de natalidad que se llevaron durante muchos siglos dieron los resultados esperados. La población mundial empezó a disminuir, en un momento cumbre en la historia se logró el equilibrio ideal. Se pudo mantener esta situación estable por muchas décadas. La muerte sólo podía producirse a causa de un accidente muy grave, evidentemente las condiciones de seguridad eran muy altas, pero aun así solían ocurrir.
Dado que la capacidad reproductora de los humanos ya se había perdido, la solución en un principio pareció muy simple, ¡clonación! Pero allí surgió un gran dilema ¿A quién clonar?
Inicialmente se pensó en los más fuertes, pero surgieron voces que clamaron por los más inteligentes, otros pidieron a los moralmente perfectos, luego se mencionó a los más bellos. Por fin el Concejo decretó: “Se trata de perpetuar la especie, por lo tanto se elegirá alguien que en su conjunto sea el mejor representante del género humano”.
Un equipo especial a cargo del Capítulo Médico tendría la responsabilidad de encontrar entre toda la población alguien a quien clonar, y ella era la presidenta del Capítulo Médico. Todos los recursos a su cargo se abocaron a la elaboración del perfil del ser humano ideal. Después de intensos estudios por fin se tenía el modelo genético perfecto.
La primera sorpresa fue que el ser humano que se buscaría no era uno, ¡tenían que ser dos! Esto por el antiguo asunto del sexo. La siguiente sorpresa fue que después de comparar los patrones de todos los habitantes de la Tierra, la Luna y Marte (zona reservada exclusivamente a los terrícolas) nadie cubría con los requisitos exigidos.
“Doctora Natalia” su nombre era femenino, entonces ¿originalmente fue mujer? no lo sabía, como no sabía nada sobre su infancia o sus padres. ¿Tan mala fue su vida que se tuvo que someter a una operación de eliminación de recuerdos?
Debido a que la apreciación estética es subjetiva y varía según las épocas, se pidió al ordenador central la construcción de un holograma morfológico ideal. Luego se buscaría a los seres que físicamente se parecieran más. Y sólo después de mejorarlos genéticamente se elegiría una pareja para ser clonada.
Natalia fue la primera en ver el holograma, la visión del mismo la decepcionó profundamente, por lo que pidió un cuadro estadístico que mostrara los resultados de confrontar el modelo con todo el género humano. Los resultados la dejaron muy desconcertada, Algo estaba mal. Esto planteaba un problema muy serió que tendrían que resolver.
Tomó la palabra y dijo:
—Es cierto que este trabajo ha tomado mucho tiempo, más del estimado, pido disculpas por ello.
—En ese momento se inició la proyección del holograma y los cuadros estadísticos, ella hizo una pausa para poder sentir el efecto que las imágenes producían en los miembros del Concejo.
—Cuando indagué sobre mi código genético, no pude encontrarlo. La razón es que no existe en los archivos, como tampoco existen los de ustedes, es por eso que quiero pedirles su autorización para tomarles una muestra orgánica.
—¿Cuál es la razón para dicho examen? Desde un principio acordamos que nosotros no seríamos clonados.
—Señor presidente ¿Recuerda qué apariencia tiene usted? Yo no pude recordarlo.
—¿Qué quiere decir?
—Que cuando traté de hacerme el examen no pude encontré ningún elemento orgánico, sólo existimos con el único objetivo de preservar al género humano.
En algún lugar del gran ordenador central del cual formaban parte, se inició una alarma general. La cuenta regresiva ya estaba en marcha. El último ser humano acababa de fallecer.
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Arequipa, Marzo del 2000
Miguel Angel Franco Ulloa
miguelangelfrancoulloa@gmail.com
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