miércoles, 5 de agosto de 2009

Reseña: Evolución (Stephen Baxter)



Nunca mejor título para una ¿novela? que trata acerca de la... evolución. No es un juego de palabras, al principio se nos narra algunos acontecimientos del futuro cercano, con robots terraformando Marte y la amenaza de un cataclismo mundial... para luego trasladarnos 65 millones de años hacia el pasado, y "ver" (la capacidad narrativa de Baxter es modélica en este sentido) el ascenso de los dinosaurios, su probable fin producto de la caía de un meteorito en lo que ahora es el Golfo de México, los cambios en los mamíferos, la deriva de los continentes, los primeros homínidos, la creación de la religión (a la que Baxter le atribuye un origen mas bien ligado a ciertas perturbaciones mentales), la invención de la agricultura, la caída del Imperio Romano y, nuevamente, nuestro inmediato futuro.
Además, el autor homenajea al Brian Aldiss de "Invernáculo" como al Arthur C. Clarke de "2001, Odisea del espacio" al conjeturar el futuro del planeta, no ya de la especie humana. El fin de la novela es de un lirismo que s ólo puede lograr la ciencia-ficción en su capacidad de especulación cimentada en las conjeturas más hard de las ciencias. La novela exhuda conocimiento por todos los poros. Verne estaría orgulloso de este discípulo (autor de Antihielo, un sentido homenaje a Verne), que ha logrado con creces instruir deleitando. No tienen pierde ninguno de los episodios, incluso aquellos que nos describen las vicisitudes de seres tan alejados de la escala evolutiva humana como ciertos prehomínidos que no se deciden si usar pluma o pelo. Los procesos evolutivos son materia de una narración tan precisa como amena, que podrían cimentar más de una vocación por la paleontología, la biología o incluso la historia.
Para algunos - me incluyo- resultará una gran sorpresa el descubrir la rica vida interior de los "animales" que preceden y coexisten con la humanidad, tan compleja como la del personaje más pintado de la literatura. Uno de los momentos cumbre de la novela es la narración de los efectos de la caída del meteorito que se supone contribuyó a la extinción de la mayoría de los dinosaurios. En un crescendo por demás angustiante, vemos como todos los seres vivientes no humanos - animales y vegetales, acuáticos o terrestres - "perciben" que algo raro está sucediendo, algo que no pueden relacionar con ese punto brillante que cada día se hace más grande en el cielo. Hasta que el impacto se produce, una catástrofe cuyos efectos se sienten en todo el mundo y cuya trascendencia moldea nuestro mundo de un modo permanente. Y todo visto desde la perspectiva de seres condenados a la extinción y a sobrellevar condiciones extremas de supervivencia.
Otro episodio, cuya conclusión no está exenta de un fundado pesimismo, transcurre en plena caída del Imperio Romano de Occidente, es decir, en el siglo V. Un noble romano, preceptor de uno de los nuevos gobernantes de origen germánico, recuerda que en antiguas campañas militares en el cercano Oriente ha oido rumores acerca de cuevas con huesos de animales que no son monos pero tampoco hombres. Con dinero y tiempo para gastarlo, el romano y el germano viajarán a las inmediaciones de Jordania, donde adquirirá el cráneo de un Homo Erectus. Se les unirán otros hombres sabios, de origen persa y escita, respectivamente, que comparten el mismo interés por la observación de la naturaleza. Los cuatro se entienden muy bien a pesar de sus diferencias culturales y religiosas. Han leído mucho y admiran, entre otros, a los antiguos filósofos griegos naturalistas, refutadores de mitos que empezaron a preguntarse por el origen de las cosas, por el origen del hombre. Llegan a preguntarse si los huesos que llegan a descubrir n o son de monstruos o enfermos, sino de hombres como ellos pero "diferentes" - los Hombres del alba - . ¿Y si comparasen esos huesos con los de seres humanos contemporáneos? ¿Pudo la teoría de la evolución surgir en el siglo V? Mientras examinan restos de un Neandertal, Un brutal acontecimiento nos recuerda que existe, además del poder de la inteligencia, el inevitable y oscurantista poder terrenal de los líderes políticos y religiosos, para quienes la verdad puede ser una amenaza. Es uno de los episodios más hermosos y tristes de la novela, que se sostiene perfectamente como narración independiente y que bien pudo haber obtenido un premio literario al momento de su publicación.
Es una lástima que Evolución no haya sido adecuadamente distribuida en nuestro país. El famoso Plan Lector deberia incorporarlo entre sus lecturas obligatorias, pues como sentenció Daniel Mejia, colega de Velero 25: "Evolución es un Ph. D. en biología evolutiva". Además de sus otras virtudes.

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