jueves, 22 de abril de 2010

Ciencia Ficción Perú 2002-2008





En el año 2002, inicié la edición de "Ciencia Ficción Perú", con el ánimo de difundir y compartir reseñas, cuentos y otros textos vinculados a la ciencia ficción, y en menor medida, a la fantasía y al terror. El soporte web gratuito que utilicé durante esos seis años se acabó, por lo que tuve que migrar al formato blog, que ha decir verdad, es más maniobrable que el HTML.

Ciencia Ficción Perú continúa camino hacia el futuro, en esta nueva dirección http://cifiperu.blogspot.com/. A quienes quieran acompañarnos, muchas gracias.


Daniel Salvo

viernes, 5 de febrero de 2010

Cuento: El nombre no es importante (Daniel Salvo)




EL NOMBRE NO ES IMPORTANTE
A Isaac Asimov, por supuesto
¡La Fundación existía! Gloriosa y brillante, extendía su bienhechora influencia a través de los brazos de la espiral de la galaxia. Incontables mundos se hallaban bajo su égida. Grande era su poder y su sabiduría, al punto que los ciudadanos de la galaxia decían indistintamente "Fundación" o "Imperio" para referirse al más perfecto sistema de gobierno conocido. Nunca antes la humanidad había tenido una conciencia tan total del orden, el progreso y la prosperidad.
Y todo se lo debían a un hombre.
Este hombre, a diferencia de otros Mesías del pasado humano, no era una figura legendaria cuyos orígenes se perdiesen en la bruma del tiempo. Había tenido un nombre, familia, defectos, virtudes, voz, imagen... pero fue su descubrimiento trascendental, la Psicohistoria, lo que lo había destacado por encima de toda la humanidad, al punto de ser casi deificado, en la medida que esto era posible en el nuevo Imperio Galáctico nacido de la paciente labor de la Fundación.
Como señal de reconocimiento, la gente se refería a él como "Padre Fundador", el Primero, el Creador de la Psicohistoria... La noción general era que no se trataba de un ser humano normal.
Su vida seguía siendo materia de estudio y ejemplo para los ciudadanos del Imperio, de manera que, sorprendentemente, siempre se obtenían nuevos descubrimientos que arrojaban nuevas luces acerca de la personalidad del Fundador. Hasta que un día...
* * *
- ¿Acaso otra crisis? - preguntó ansiosamente Tossem Amur.
- Y de las peores, Tossem. Ataca los mismos cimientos de la Fundación.
Tossem Amur y Dameth Gomm eran, respectivamente, Jefe y Secretario del Proyecto Biografía. Dicho proyecto, a su vez, se basaba en un descubrimiento trascendental: la coexistencia de planos temporales y la posibilidad de moverse entre ellos... de cierta manera. Dicho de otra forma, una especie de "viaje en el tiempo", gracias al cual se podía producir una serie de "efectos" en diferentes planos temporales sin necesidad de "estar" ahí. Se lograba este prodigio mediante la proyección de haces de energía convergentes que eran polarizados en una especie de túnel, compuesto por estrías alternadas de que ofrecían a los ojos de un espectador casual la impresión de una oquedad en espiral en la que se alternaban los colores blanco y negro, extremos cuyas combinaciones y graduaciones permitían el efecto de “avance” o “retroceso” en el tiempo. Según la proporción de estrías activadas, el efecto se proyectaba en una u otra dirección temporal, es decir, hacia el pasado o hacia el futuro.
Las primeras pruebas habían ocasionado algunos problemas. Los habitantes del pasado (o hipotiempo) habían percibido los puntos de focalización como luces brillantes o artefactos de procedencia desconocida, dando origen al llamado "fenómeno OVNI". Tras décadas de investigación, se había logrado superar dichos efectos indeseados, de modo que cualquier época humana podía ser investigada sin que sus habitantes lo percibieran.
Fue la posibilidad de hurgar en el pasado la que dio origen al Proyecto Biografía. ¡Imaginen tener un registro total de la vida del Fundador! ¡Su nacimiento! ¡Sus estudios! ¡Sus palabras! ¿No era eso magnífico, un justo homenaje para el creador de la psicohistoria?
El Proyecto Biografía estaba listo. Tossem Amur y Dameth Gomm habían previsto la fecha de inicio de la primera exploración en la vida del Fundador, cuando sobrevino la catástrofe.
El origen de la catástrofe se debió a otro descubrimiento. Julbo Buno, estudiante de psicolingüística y neuromorfemas, había aplicado una serie de ecuaciones (de su propia inspiración) a las obras y dichos compilados del Fundador. Y lo que descubrió fue algo pavoroso, algo que para una mente educada fuera de los parámetros de la Fundación solo podría tener un nombre: herejía.
¡El Fundador no había descubierto la psicohistoria!
Es decir, históricamente hablando, el Fundador efectivamente había descubierto, teorizado y escrito sobre la psicohistoria, sentando las bases de su posterior desarrollo…, pero el análisis de Buno demostraba que el concepto en sí no podía haber sido creado por el Fundador de ninguna manera. No le pertenecía.
Milenios de evolución y desarrollo del análisis lógico y matemático fueron aplicados a las ecuaciones de Buno. Lo único rescatable de la crisis fue la comprobación de la genialidad del estudiante, a la altura de la del propio Fundador... si es que así era.
El descubrimiento no fue difundido más que en ciertos círculos académicos y gubernamentales muy restringidos. El propio Emperador estaba inquieto. Milenios de seguridad y esperanza puestos en un solo hombre podrían venirse abajo. La veneración de la memoria del Fundador era una piedra angular para el funcionamiento del Imperio Galáctico...
La conclusión lógica era unívoca: alguien más le había dado al Fundador la idea de la psicohistoria.
El reconocimiento de esta variable, que era la única que permitía la solución del problema planteado en los términos de la teoría descubierta por Julbo Buno, proporcionó un respiro de alivio a los científicos. Incluso se habló de la inevitabilidad psicohistórica que había permitido la aparición simultánea de las teorías de Buno y el desplazamiento en el tiempo. La solución a la crisis resultó, entonces, obvia: alguien debía "ir" al hipotiempo, a la propia época en la que había vivido el Fundador, y darle las nociones básicas de la psicohistoria. Las ecuaciones mostraban que, a partir de ese instante, el suceso desencadenaría los eventos que conducirían al presente y la Fundación sería establecida. Solo restaba una cosa: encontrar el momento y lugar oportunos para comunicarle al Fundador la noción de la psicohistoria.
* * *
Era un lugar como ha habido muchos en la historia. Un mostrador con bebidas, unos asientos, mesas, humo, música y risas. Un individuo se sentaba en un rincón, bebiendo pensativamente de un vaso de cristal.
Su rostro adoptó una expresión de fastidio ante el desconocido que se sentó frente a él. Había algo que le molestaba en el recién llegado: su tez tan blanca, su calvicie, su acento. Sus ropas parecían grandes trozos de tela con botones dibujados. Su acento era indefinible.
- Usted no me conoce, pero soy un gran admirador de su obra.- empezó el desconocido. El otro siguió bebiendo en silencio.
- Usted es conocido como un gran científico, y eso es algo muy interesante y una tarea muy adecuada para nuestra época. Pero nada de su trabajo destaca excesivamente respecto al resto de sus colegas... Sin embargo, sus otros escritos le están dando a su nombre una fama creciente. No se enoje, pero creo que tengo una idea de un tema que lo eternizará en la memoria de la humanidad. Usted sabe cómo nos gusta a los humanos que nos hablen de nosotros mismos.
Las luces del lugar se apagaron repentinamente, pese a lo cual, el desconocido seguía siendo perfectamente visible. Poniéndose rígido, recitó estas palabras:
- Imagínese una nueva ciencia que permita predecir los comportamientos de multitudes de personas, una ciencia que prediga qué tendencia seguirá la historia con siglos, milenios de anticipación, una ciencia que podríamos llamar psicohistoria. Imagine exponer estas ideas bajo la forma de una novela o un cuento…
Los ojos de Isaac Asimov se animaron. Súbitamente, se caló sus gruesas gafas para ver mejor a su interlocutor.
- Siga, siga hablando. Esto, señor...
- El nombre no es importante - dijo Julbo Buno.
¡El camino hacia la Fundación había comenzado!

miércoles, 19 de agosto de 2009

Cuento Humo azul (José de Piérola)

Humo azul


Aunque sólo han transcurrido tres días desde mi llegada, gracias a las facilidades que me brinda el gobierno que me ha acogido, escribo estas líneas para que sean difundidas por la Cadena Mundial de Mensajería Neumática. Hubiera preferido perderme tranquilamente entre los exilados que transitan las anchas calles de Tenerife, olvidado para siempre, pero la importancia del balance estratégico mundial, así como una poderosa razón de consciencia, me obliga a cumplir con una última responsabilidad antes de desaparecer de los despachos de prensa.


Debo señalar, sin embargo, que no escribo con el propósito de dañar la reputación de los miembros del Consejo, gente proba más allá de cualquier sospecha. Debo señalar, además, que el arduo trabajo del Consejo durante los últimos ocho años, visto en retrospectiva, ha sido quizá el más brillante de la Era Postbellum. Sé, por ejemplo, que, desde que se descubriera en la famosa Bóveda de Tiempo Número 5, los textos completos de los cuatro escritores-cuyos nombres se conocían sólo por referencias fragmentarias- ninguno de los miembros del Consejo vaciló un instante en aceptar la inmensa responsabilidad que recaería sobre ellos. Después de tantos años de literatura anónima, era posible, por primera vez, nombrar no uno, sino cuatro autores. Pero antes, era imprescindible elegir a uno de ellos como el centro del canon, la referencia absoluta, la vara con que se mediría la excelencia de todo lo escrito, la semilla para la producción literaria del futuro. Sin embargo, la Tarea no fue fácil.

Pocos saben cuánto trabajó el Consejo desde el día en que se abrió la bóveda de tiempo hasta la tarde en que se alzó la voluta de humo azul desde el último piso del Ministerio de Diseminación de Información. Durante los primeros cinco años, las largas sesiones, grabadas en tambores de ferrita para la posteridad, consistieron en análisis minuciosos, línea por línea, de los textos de los cuatro escritores. Cada vez que se encontraba una cualidad sobresaliente en uno de ellos, aparecían, de inmediato, cualidades semejantes en los otros tres. El análisis volvía, entonces, a la primera línea, al texto anterior, al escritor anterior, en un espiral que los envolvía interminablemente sin que pudieran discernir el paso de las horas. No era raro que el Consejo trabajara desde el alba hasta el crepúsculo.

Sin embargo, a pesar del minucioso análisis de la obra de los cuatro escritores, después de cinco arduos años, el Consejo no había llegado a ninguna conclusión. Las obras, aunque disímiles en cuanto a los temas, estilos y técnicas narrativas, eran de calidades equivalentes. El Consejo, presionado cada vez más por la llegada constante de cápsulas exigiendo resultados, trataba infructuosamente de completar la Tarea. El quinto año, por ejemplo, se recibieron medio millón de cápsulas neumáticas de los lugares más remotos del país. Como se sabe, aquel año la Primera Ministra había difundido un mensaje por la Red Nacional de Mensajería Neumática, justificando el reclutamiento masivo de escritores anónimos para el Ministerio de Diseminación de Información, ya que, según explicó, la demanda pronto excedería la producción. También aquel año hubo grupos que marcharon por las calles. Unos querían que el Consejo autorizara la relectura de viejas obras. Otros pedían el cierre de los incineradores oficiales. Los más radicales, bajo el emblema "SCRIPTOR EX FABULA", llegaron a exigir que se incluyera el nombre del autor en las obras literarias.

Quizá esta presión excesiva provocó la enfermedad de la Presidenta del Consejo, que, siguiendo recomendaciones médicas, tuvo que someterse a frecuentes baños de sales en una tina especialmente diseñada por el Instituto de Enfermedades Meridionales. Fue en vano que, en un intento por continuar con la Tarea, el Consejo mudara su sala de deliberaciones al baño, especialmente acondicionado, donde la Presidenta, detrás de un biombo de vidrio pavonado, se sometía al tratamiento. A la dificultad de las discusiones, entorpecidas por el eco de las paredes de mármol, se sumó el efecto nocivo de los salinos vapores en los textos originales. Esto hizo imprescindible la interrupción de tal arreglo. Todavía recuerdo cuando la Cadena Nacional de Mensajería Neumática difundió la noticia: Debido a su enfermedad, la Presidenta del Consejo se veía obligada a pedir su pase al retiro, consciente de que su decisión irrevocable afectaría irremediablemente la historia del país. Y no podía ser de otra manera. Es cierto que el orden de sucesión dentro de los miembros del Consejo era de dominio público, pero también es cierto que el retiro de la Presidenta dejaba una poltrona libre, lo cual impedía la continuación de la Tarea. El nuevo Presidente del Consejo, después de la ceremonia de investidura en la Casa de Gobierno, propuso suspender la Tarea hasta que se llenara la poltrona vacante. Dos días después, también, la CNMN anunció que el más joven de los miembros del Consejo, consciente de su falta de experiencia en un proceso semejante, había pedido su separación temporal, ya que, según declaró, su presencia sólo entorpecería las deliberaciones. Desde entonces, por un lapso de tres meses, los cinco miembros restantes se dedicaron íntegramente al proceso de selección.

Tampoco fue fácil. El primer candidato, por ejemplo, recomendado por la Universidad de Dominica, además del Capellán Mayor de la Metrópolis de Tulsa, llegó a la entrevista tan nervioso que el Consejo decidió suspenderla, otorgándole el día libre para que paseara por los Jardines Botánicos. Lo cual resultó acertado, porque regresó, al día siguiente, más calmado y cargado de voluminosos legajos que pensaba usar a su favor. Ya en la entrevista, siendo de rigor la imparcialidad de los candidatos, se le preguntó, como tema inicial, si tenía alguna preferencia entre los cuatro escritores. El candidato, mirando con ojos grandes, azules, que contrastaban con su mentón recién afeitado, dijo que sí, tenía una preferencia, al tiempo que depositaba sobre el tablero los dos inmensos legajos que había traído consigo.

Desde el descubrimiento de la Bóveda de Tiempo Número 5, empezó diciendo, gracias a las copias facsimilares que obran en poder de la Universidad de Dominica, he estudiado metódicamente los textos de los cuatro escritores. Aunque al principio me parecieron equivalentes, después, cuando empecé a comparar los temas, más allá de las proezas estilísticas, pude comprobar que uno de ellos era definitivamente superior. Los resultados de mis estudios, continuó, aparecen en estos manuscritos documentados con exhaustivo detalle.

¿Los tiene grabados en un tambor de ferrita?, preguntó el Consejo. El candidato, con una sonrisa de orgullo, depositó en el tablero un reluciente tambor de ferrita con los sellos oficiales de su universidad. Déjenos el material, dijo el Consejo, lo usaremos en nuestra deliberación; mientras tanto puede esperarnos en el recibidor, donde encontrará algunas exquisiteces traídas de la República Panafricana, incluyendo un estupendo vino de Ciudad del Cabo.

Asombrado por la rapidez de la entrevista, el candidato siguió a un ujier segundo hasta el Recibidor del Consejo, donde comió algunos canapés de soya, pero antes de que pudiera tomar la primera copa de vino, un ujier primero le comunicó que el Consejo sentía mucho no poder concederle la poltrona vacante, rogándole, además, su comprensión por no devolverle ni el manuscrito ni el tambor de ferrita. El candidato, rojo de ira, pensó reclamar, pero no pudo, porque dos guardias nacionales, después de leerle sus derechos, ya lo escoltaban al primer piso. Allí lo embarcaron en un transportador oficial que lo llevó al Instituto de Estudio de Conductas Excéntricas de Tierra del Fuego, donde sigue incomunicado hasta el día de hoy. El Consejo decidió, además, retirar las copias facsimilares de las siete universidades del país.

Sin adelantarme a los hechos, debo señalar que no todos los candidatos fueron tratados de manera tan sumaria, ni tan severa. Algunos, como el profesor de la Gran Europa, que luego de veinte años de vivir en nuestro país se había naturalizado para trabajar en el Ministerio de Poesis, asistió a dieciocho entrevistas consecutivas, que abarcaron extensas discusiones sobre los autores de la Era Antebellum, además de otros textos antiguos menos conocidos. El profesor, sin embargo, se retiró de manera voluntaria, ya que él mismo consideró que su vasto conocimiento de la literatura antigua podría influir negativamente en la Tarea. Hecha pública su decisión en la CNMN, la Primera Ministra le envió sus felicitaciones.

Sería largo, además de innecesario, enumerar todos los candidatos entrevistados. Sin embargo, es pertinente señalar a la última, la que ocuparía la poltrona vacante en el Consejo, convirtiéndose, además, en el miembro más joven de la historia. Pero eso no es lo asombroso. Lo increíble es que esta joven ocupara semejante cargo sin haber leído nunca obra literaria alguna. ¿Cómo había llegado al Consejo? La respuesta es simple. Desde que terminó su educación elemental, debido a sus aptitudes para el pensamiento algorítmico, pasó directamente a trabajar como aprendiz en el Instituto de Computación Bioneumática, el mismo año en que, previendo la escasez, la Primera Ministra había aprobado el presupuesto especial para el desarrollo del Gran Permutador, el súper computador bioneumático que produciría obras literarias a partir de textos canónicos almacenados en tambores de ferrita de alta capacidad. La candidata fue asignada a la Unidad de Estilo que desarrolló el dispositivo bioneumático que convierte una obra cualquiera a un estilo previamente almacenado en tambores de ferrita. Como los demás miembros del equipo, ella también firmó un contrato en que renunciaba temporalmente a su primer derecho constitucional, el derecho a la lectura. En cinco años, por lo tanto, no había podido acceder, legalmente, a ninguna obra literaria.

Terminado el Gran Permutador, todos los miembros del equipo fueron felicitados por la Primera Ministra. En la misma ceremonia, la directora del Instituto de Computación Bioneumática, aclaró que semejante avance tecnológico no hubiera sido posible sin el genio del dispositivo concebido por nuestra joven candidata. Declaración excesiva, pero que llevó a la Primera Ministra a proponerla para ocupar la poltrona vacante del Consejo.

Cumplida la ceremonia de investidura en la Casa de Gobierno, ya completos sus siete miembros, el Consejo reanudó la Tarea. Es cierto que la nueva integrante participó con el mismo empeño que los demás, pero también es cierto que fue ella quien propuso discutibles estrategias para el análisis de los textos. Al principio, como es natural, los demás miembros del Consejo, experimentados en análisis literario, se negaron. Pero, poco a poco, en una labor de convencimiento en que no escatimó el uso de su capacidad para el pensamiento algorítmico, empezó a ganar la aprobación de los demás miembros, menos uno. Es así como se aceptaron, por mayoría simple, cada una de sus propuestas.

Sin embargo, todavía transcurrieron tres años sin que el Consejo eligiera a uno de los cuatro escritores. Fue durante esos años, en especial, durante el último, que la joven miembro llegó a ejercer cada vez mayor influencia, proponiendo métodos cada vez más objetables, hasta llegar al último, el inaceptable. Pero el Consejo, presionado por los nuevos grupos extremistas que empezaron a marchar por las calles, presionado por la llegada masiva de cápsulas neumáticas, presionado por las visitas constantes de la Primera Ministra, se vio obligado a tomar una decisión. No es necesario describir la algarabía general que se produjo en todo el país cuando las primeras volutas de humo azul se alzaron en el cielo de la tarde. Pero, mientras el país entero celebraba, yo meditaba sentado junto al amplio ventanal de mi oficina, hasta que, ya casi a la madrugada del día siguiente, obligado por mi consciencia, tomé una decisión sin precedentes en nuestra historia, y usando mi privilegio como Presidente del Consejo, fleté el transportador oficial que me trajo al Santuario Mundial de las Islas Canarias, donde he pedido asilo.

Mi decisión de abandonar el Consejo cuando empezaría su época más gloriosa, se debe a que no puedo aceptar que un asunto tan importante para la historia de mi país, tan importante para el mundo entero, se haya decidido, bajo la malsana influencia del miembro más joven, con una suerte equivalente al abyecto rodar de unos dados.

Presidente del Consejo, en exilio Metrópolis de Tenerife, al último día de febrero del Año del Canon.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Reseña: Revista NM N° 1 (Ediciones Turás Mor)




Revista NM 01 http://www.revistanm.com.ar/content/001/index.html
Ediciones Turas Mór
Surinvierno de 2006 http://www.revistanm.com.ar/index.html

Al fin puedo comentar esta alucinante revista que ya va por los trece números, así, tranquila y sin aspavientos. Pongo alucinante por que estamos ante un caso casi perfecto de lo que es utilizar los recursos de la internet elevados a toda su potencia. Para comenzar, la revista NM es gratuita, puede leerse en sus versiones en línea, fuera de línea o, para quienes extrañen el papel, en su versión imprimible. Un verdadero acierto de su director, Santiago Oviedo.
Y es que desde el Editorial del primer número, asistimos a una historia fascinante y cercana, que refleja de modo bastante realista las dificultades que debe afrontar quien quiera que desee iniciar una aventura editorial. Quien crea que editar un fanzine o una revista virtual es algo fácil, está muy errado. Seleccionar textos, diagramar, editar, corregir, buscar ilustraciones, realizar los trámites del caso (Editorial Turas Mór es bastante pulcra en ese sentido, al punto que me ha sido difícil conseguir un gráfico de la portada, que habría venido de perlas tenerlo en toda su extensión, para efectos de la presente reseña). De otro lado, el editorial nos narra la historia de la publicación, rindiendo un sentido homenaje al fundador de la misma, Daniel Croci, fallecido en 2004. En ese juego de homenajes y continuaciones, nos enteramos que la aventura de NM nació en 1983, de la mano de Daniel Croci y otros puntales de la ciencia ficción argentina, y que en ese entonces se llamó "Nuevomundo".
Hoy tenemos a NM, obviamente sin Croci pero si con Oviedo, con una calidad y variedad que ya la quisieran muchos editores y autores que no se dedican al terror, la fantasía o la ciencia ficción. Pero ya es suficiente de editorial. Echemos un vistazo al jugoso contenido (y eso que sólo hablamos del primer número).
El último viaje de Octavio , por Sergio Gaut vel Hartman. Una mujer bella y misteriosa. Un desplazamiento en el espacio y en el tiempo. Un libro que parece tener vida. ¿O acaso todos los libros están vivos y no nos damos cuenta? En todo caso, Sergio Gaut vel Hartman parece advertirnos que las fronteras entre realidad y ficción nunca estarán del todo claras. Para suerte de algunos y desgracia de otros.
Breve e incompleta cronología de la ciencia ficción en la Argentina (1940-1986) Las fechas límites son engañosas. Si bien esta cronología llega "solo" hasta el año 1986, constituye un verdadero diluvio de información acerca de autores, revistas, colecciones e historietas de ciencia ficción argentina. Completísima.
Malditos bichos, por Adrián N. Escudero Deslumbrante relato que nos lleva a cuestionar nuestro lugar en el universo y nuestras nociones sobre los orígenes de las religiones reveladas. Si Dios efectivamente existiera, ¿estaría obligado a revelarnos todos los misterios de su creación? ¿Podríamos dejar de ser "sus hijos"? Ya lo proclama el evangelio: "El que hace la voluntad de Dios es mi hermano, y mi hermana, y mi madre". Prepárense a conocer a otros piadosos hijos de Dios...
Sólo trabajo, por Ricardo G. Giorno Un relato en la línea de "El examen" de Richard Matheson, en el cual el sentimentalismo del norteamericano es reemplazado por el prosaico costumbrismo de clase media que sirve a los protagonistas para ocultar, tras una fachada de pragmatismo, el eterno temor a la muerte y el dolor que siempre causan las grandes pérdidas.
Gente que busca genes, cómic a cargo de Dicierbi-Frattini Se nos puso interdisciplinaria la revista, ¿vio? Descacharrante humor a través del cual los autores acaso exorcisan el peso de ser argentinos.
El vendrá por mí a medianoche , por Daniel Barbieri. Daniel Barbieri es el seudónimo del fallecido Daniel Croci, fundador de la revista Nuevomundo en 1983. Casi veinte años antes de su muerte, elaboraba ficciones en las que perspectivas tan dispares como el satanismo y el psicoanálisis se daban la mano para sacudirnos con nuevos horrores. El protagonista, agostado por una infancia infeliz, es sometido a la tortura de no saber si el horror en el que vive es originado por el decadente entorno social en el que se desenvuelve, o hay otras causas, no por inverosímiles, menos reales.

Reseña: Un único desierto (Enrique Prochazka)




Un único desierto

Colección Terra Incognita

Serie Narrativa

Australis

Lima, Marzo 1997


Con la reedición de "Un único desierto" por parte de la Editorial Matalamanga , se hizo justicia a uno de los cuentarios más originales de la década pasada. La obra de Enrique Prochazka está concitando un más que merecido reconocimiento por la excelente trayectoria que demuestra a través del libro mencionado, además de su novela "Casa" y "Cuarenta sílabas, catorce palabras", recientemente reeditadas por la editorial española 451 .


Para efectos de la presente reseña, utilizo la primera edición, un excelente y bello trabajo a cargo del humanista Alexander Forsyth , a quien tuve la suerte de conocer en el reciente evento sobre literatura fantástica que organizó el CELAP. Acaso contrastando con la de su reedición (sería bueno que Ivan Thays retomara el blog "Basta de carátulas"), la portada de la edición de Australis es de manufactura exquisita, aportando un plus al ya de por sí sobresaliente contenido. Además, el volumen tiene un valor sentimental, pues me lo obsequió el propio autor.


Antes de comentar los cuentos que componen "Un único desierto", quisiera dejar en claro que considero a Enrique Prochazka un escritor fantástico... y original. Hay, supongo, alguna vinculación a lo borgesiano en su narrativa, pero en modo alguno estamos ante un epígono, lo cual puede ser apreciado a la primera lectura de cualquiera de sus ficciones. Otra aclaración, dirigida a los potenciales lectores de estos cuentos, es que si bien estamos ante un escritor complejo, no estamos ante un escritor difícil o incomprensible. Hay en sus cuentos reflexión, filosofía, cuestionamiento de la realidad y ecos de avanzadas meditaciones sustentadas en ciencias abstractas como las matemáticas, pero todo ello en nada impide disfrutar las vicisitudes y aventuras de los protagonistas de sus cuentos. Así, podemos seguir con asombro y deleite el desencuentro entre sendos representantes de culturas distintas, la prometeica epopeya de un ladrón de energía eléctrica, la continuación de la temática orwelliana de "1984", el entrecruzamiento de realidades paralelas y el maravilloso viaje de un porquerizo en busca de la sabiduría. Definitivamente, la obra de Prochazka es más de lo que aparenta: una obra plena de lo que los aficionados a la ciencia ficción y la fantasía llamamos sentido de la maravilla . Con eso, creo que tendríamos suficiente, pero tratándose de Prochazka, hay mucho más.


Presentación A cargo del editor y promotor cultural Alexander Forsyth , quien también estuvo a cargo de la portada (que habría sido magnífico que se hubiera vuelto a utilizar en la reedición del libro). En sus propias palabras: "He aquí un notable conjunto de relatos en los que las ideas en sí son cuasi-personajes imbricados en hermosas y finas ficciones, en ellos lo fantástico se proyecta en toda dirección, alcanzando incluso al propio autor, quien, convertido en personaje, es también objeto de ficción, sujeto de esa pasión fabuladora - exuberante y contenida a la vez - que nos llevará de seguro a un mundo primordial compuesto de imaginación y sueños ". Elegante y profundo, Alexander Forsyth es un plus a ser considerado como parte insoslayable de "Un único desierto".


Orbis Tertius Suerte de manifiesto pro humanitas, desde nuestro más remoto pasado hasta el inimaginable futuro. A cargo del poeta Daniel Smisek.


El premio.- Un arquero que no puede fallar nunca. Un reino que lo honra con una elevada posición militar. Su habilidad será puesta a prueba no por algún feroz enemigo, sino por un aparentemente débil cortesano.


Conquistador.- Con reminiscencias a "Pincher el náufrago", un guerrero español de la época de la conquista sobrevive a las inhóspitas condiciones de una isla desierta. Pero no sólo es su cuerpo el que empieza a ser afectado por las condiciones en que se encuentra.


Acero.- Magistral relato, que trata sobre el lenguaje y sus límites, así como sus propiedades. Desde una óptica "primitiva", se describe un aciago primer encuentro (¿con humanos? ¿con extraterrestres?). La incomprensión final del protagonista se resuelve en la comprensión final del lector.


Los dos monstruos.- En realidad, hay varios monstruos en esta breve historia que hunde sus raíces en la mitología grecorromana, particularmente, en el mito de Teseo y el Minotauro. Pero no sólo la mezcla imposible de un toro y de un hombre puede ser monstruosa: también los objetos construidos por la mano del hombre, cuando su construcción obedece a reglas más allá de la razón.


La mano de Kazka.- O lo que sucede cuando las diferentes partes del cuerpo adquieren vida propia y deciden hacer cada una su voluntad. El final es totalmente inesperado.


Dios.- La lucha entre los poderes terrenal y espiritual (no importa si éste último es falso o no).


Cáucaso.- Un cuento que, además de su casi perfecta ejecución, bien podría servir para darles por el culo a esos que opinan que la literatura peruana debe estar ambientada únicamente en nuestro país y ser una suerte de exposición de nuestras miserias. Por que "Cáucaso" lo es... pero con un reverso mitológico de fuentes grecorromanas que no es difícil de captar, y le da al relato un sabor de epopeya a lo que sería un mero robo de energía eléctrica. De antología.


Taylor.- Una historia fantástica en la que coexisten dos realidades que se llegan a cruzar: una en la cual un prisionero quiere escapar de su prisión por medios poco ortodoxos y otra en la cual un valiente guerrero se enfrentará a un poderoso mago, quien hará uso de su hechicería para enfrentarlo. ¿Que ambas historias no tienen nada en común? Lean y sorpréndanse.


El breve mar.- En un futuro no muy lejano, se ha logrado una proeza de ingeniería: represar agua del mar en un punto cercano a la costa norte del Perú, a fin de aprovechar la diferencia entre niveles para generar electricidad. Por misteriosa casualidad, se tiene acceso a los planos originales de la obra, planos que no son del todo producto de cálculos matemáticos, sino de especificaciones menos convencionales. Un relato en el que reverberan ecos de la mitología griega mezclada con las misteriosas dotes de los brujos del norte de Perú.


Hallazgo de la fruta.- ¿Puede un objeto tan aparentemente prosaico como la fruta que se sirve de postre convertirse en el punto de partida de una ceremonia, de una tradición familiar? Lo insólito nos acecha desde los lugares más inusitados.


2984.- ¿Si el mundo descrito por Orwell en "1984" se hubiera materializado? ¿Y si durase mil años? Orwell postulaba una dictadura perfecta, invencible e inamovible. ¿Tendría razón?


Happy End.- ¿Qué podría inspirar a la Humanidad a buscar su propio fin? Podría ser la carga de la culpabilidad por un pecado original e incomprensible, o la última forma posible de la vanidad: ofrecer un espectáculo, una obra de arte que sólo pueda ser contemplada por Dios.


El porquerizo.- Leí éste cuento en la antología "Las fabulas mentirosas y el entendimiento.El cuento en la Universidad Católica: 1917-2000", y sólo comentaré lo siguiente: es el único cuento que he releído de dicha antología. De principio a fin (y de fin a principio), es un viaje fantástico por el medioevo, en el punto de confluencia de oriente y occidente, donde cada ciudad, cada personaje, cada circunstancia es un fuego de artificio encendido a plenitud. El porquerizo no es un héroe de la espada, pero su periplo es un tour de force, una quete du Graal... y un deja vu.

Reseña: El sindicato de policía yiddish (Michael Chabon)



El sindicato de policía yiddish
Michael Chabon
Premio Hugo 2008
Definitivamente, El sindicato de policía yiddish es una estupenda novela de... Michael Chabon (pronúnciese cheibon). Nutrido de lecturas de todos los géneros habidos y por haber, Chabon tiene unas más que interesantes opiniones sobre el género, la narrativa, la literatura y la libertad de escribir.
Claro que lo que es el cielo para unos puede ser el infierno para otros. El sindicato de policía yiddish es una novela donde se nos ofrece una historia alternativa, el famoso qué habría pasado si... no se hubiera creado el estado de Israel en 1968 y los judíos hubieran sido desplazados a un territorio llamado Sitka, situado al norte del Canadá. Tal es el marco alternativo principal en el que se encuadra la novela de Chabon, y acaso uno de los poquisimos elementos de ciencia ficción reconocibles.
Porque no estamos ante una serie de descripciones contrafácticas que constituyan el reverso tenebroso de nuestra actual realidad. Una vez que situamos a la comunidad judía en el imaginario territorio de Sitka, se inicia una narración que tiende más a la intriga policial y a la descripción de costumbres que a cualquier cosa que tengamos en mente como ciencia-ficción. Supongo que no por nada algunos teóricos consideran que las ficciones de historia alternativa son de suyo un género propio que, en si, no tiene nada que ver con la ciencia ficción. El sindicato de policía yiddish podría ser el ejemplo perfecto, de no ser por la cantidad de premios y distinciones que ha obtenido en el campo de la ciencia ficción (Premios Hugo, Nebula y Locus, nada menos).
Lo que nos lleva nuevamente a la sempiterna e interesante discusión respecto a qué es la ciencia ficción. Porque, en líneas generales, hay más semejanzas que diferencias con El hombre en el castillo, de Philip K. Dick, que también obtuvo el Premio Hugo en 1963; novela que también se enmarca dentro de una historia alternativa en la que los nazis han ganado la segunda guerra mundial. Y así tendríamos varios ejemplos, como Patria de Robert Harris, La conjura contra América de Philip Roth, y la - para mí - incomparable Lo que ocurrió...¡mañana! del escritor español Curtis Garland.
Ahora bien, luego de leer El sindicato de policía yiddish, uno llega a la irónica conclusión de que se trata de una novela policial... que sólamente podría haber sucedido en un marco histórico alternativo. No hay prodigios tecnológicos en ese nuevo mundo, ni acontecimientos históricos que puedan afectar a países tan distantes y distintos como el Perú, por ejemplo - algo que si habría ocurrido de haber ganado los nazis la segunda guerra mundial -. Casi podria decirse que se trata de una "novela de judíos", retratados tal vez sin concesiones (digo tal vez por que ignoro más cosas de las que conozco acerca de festividades, tradiciones, etimologías, sociedad, sectas, leyendas y profecías judías) pero con mucha admiración hacia su actitud como nación, frente a un mundo que a ratos parece querer resucitar el antisemitismo más rancio. Ese es el principal mérito de la novela, y a la vez, su mayor lastre. El desenvolvimiento de la trama - que inicia con un crimen aparentemente inexplicable - deviene en farragoso y alg o enredado (pese a que la novela cuenta con un glosario de términos hebreos y yiddish para la orientación del lector neófito, no es fácil asimilar las diferencias entre judíos ortodoxos y judíos hasidim, por ejemplo).
Empero, una vez cogido el truco, el lector no puede menos que envolverse en una trama que -por fin - va adquiriendo velocidad, que involucra tanto a policias cínicos y descreídos como a fanáticos religiosos que intentan forzar la llegada del Mesías mediante el uso de la ingeniería genética. Y tiene que ser pronto, por que el Gobierno está por cancelar el status de Sitka como territorio libre, lo que significará, entre otros efectos, el fin del sindicato de policía yiddish ( http://es.wikipedia.org/wiki/Yidis ).

Reseña: Evolución (Stephen Baxter)



Nunca mejor título para una ¿novela? que trata acerca de la... evolución. No es un juego de palabras, al principio se nos narra algunos acontecimientos del futuro cercano, con robots terraformando Marte y la amenaza de un cataclismo mundial... para luego trasladarnos 65 millones de años hacia el pasado, y "ver" (la capacidad narrativa de Baxter es modélica en este sentido) el ascenso de los dinosaurios, su probable fin producto de la caía de un meteorito en lo que ahora es el Golfo de México, los cambios en los mamíferos, la deriva de los continentes, los primeros homínidos, la creación de la religión (a la que Baxter le atribuye un origen mas bien ligado a ciertas perturbaciones mentales), la invención de la agricultura, la caída del Imperio Romano y, nuevamente, nuestro inmediato futuro.
Además, el autor homenajea al Brian Aldiss de "Invernáculo" como al Arthur C. Clarke de "2001, Odisea del espacio" al conjeturar el futuro del planeta, no ya de la especie humana. El fin de la novela es de un lirismo que s ólo puede lograr la ciencia-ficción en su capacidad de especulación cimentada en las conjeturas más hard de las ciencias. La novela exhuda conocimiento por todos los poros. Verne estaría orgulloso de este discípulo (autor de Antihielo, un sentido homenaje a Verne), que ha logrado con creces instruir deleitando. No tienen pierde ninguno de los episodios, incluso aquellos que nos describen las vicisitudes de seres tan alejados de la escala evolutiva humana como ciertos prehomínidos que no se deciden si usar pluma o pelo. Los procesos evolutivos son materia de una narración tan precisa como amena, que podrían cimentar más de una vocación por la paleontología, la biología o incluso la historia.
Para algunos - me incluyo- resultará una gran sorpresa el descubrir la rica vida interior de los "animales" que preceden y coexisten con la humanidad, tan compleja como la del personaje más pintado de la literatura. Uno de los momentos cumbre de la novela es la narración de los efectos de la caída del meteorito que se supone contribuyó a la extinción de la mayoría de los dinosaurios. En un crescendo por demás angustiante, vemos como todos los seres vivientes no humanos - animales y vegetales, acuáticos o terrestres - "perciben" que algo raro está sucediendo, algo que no pueden relacionar con ese punto brillante que cada día se hace más grande en el cielo. Hasta que el impacto se produce, una catástrofe cuyos efectos se sienten en todo el mundo y cuya trascendencia moldea nuestro mundo de un modo permanente. Y todo visto desde la perspectiva de seres condenados a la extinción y a sobrellevar condiciones extremas de supervivencia.
Otro episodio, cuya conclusión no está exenta de un fundado pesimismo, transcurre en plena caída del Imperio Romano de Occidente, es decir, en el siglo V. Un noble romano, preceptor de uno de los nuevos gobernantes de origen germánico, recuerda que en antiguas campañas militares en el cercano Oriente ha oido rumores acerca de cuevas con huesos de animales que no son monos pero tampoco hombres. Con dinero y tiempo para gastarlo, el romano y el germano viajarán a las inmediaciones de Jordania, donde adquirirá el cráneo de un Homo Erectus. Se les unirán otros hombres sabios, de origen persa y escita, respectivamente, que comparten el mismo interés por la observación de la naturaleza. Los cuatro se entienden muy bien a pesar de sus diferencias culturales y religiosas. Han leído mucho y admiran, entre otros, a los antiguos filósofos griegos naturalistas, refutadores de mitos que empezaron a preguntarse por el origen de las cosas, por el origen del hombre. Llegan a preguntarse si los huesos que llegan a descubrir n o son de monstruos o enfermos, sino de hombres como ellos pero "diferentes" - los Hombres del alba - . ¿Y si comparasen esos huesos con los de seres humanos contemporáneos? ¿Pudo la teoría de la evolución surgir en el siglo V? Mientras examinan restos de un Neandertal, Un brutal acontecimiento nos recuerda que existe, además del poder de la inteligencia, el inevitable y oscurantista poder terrenal de los líderes políticos y religiosos, para quienes la verdad puede ser una amenaza. Es uno de los episodios más hermosos y tristes de la novela, que se sostiene perfectamente como narración independiente y que bien pudo haber obtenido un premio literario al momento de su publicación.
Es una lástima que Evolución no haya sido adecuadamente distribuida en nuestro país. El famoso Plan Lector deberia incorporarlo entre sus lecturas obligatorias, pues como sentenció Daniel Mejia, colega de Velero 25: "Evolución es un Ph. D. en biología evolutiva". Además de sus otras virtudes.